Solo Cree
- Isaac R.
- 26 feb 2018
- 2 Min. de lectura

Es curioso cómo nos hemos acostumbrado a vivir los días a un ritmo tan acelerado, que a veces pareciera que somos corredores de fórmula 1. Y aun así, los compromisos, las responsabilidades y los afanes pareciera, cada día, que nos van a rebasar, trayendo consigo tensiones para nuestra vida. Hemos aprendido a hacer del estrés un ingrediente diario. De la irritabilidad, un estado de ánimo habitual. Desesperamos, luchamos y luchamos, pero pareciera que solo dilatamos lo inevitable, el naufragio. De proyectos, metas, sueños, relaciones, y de aquellas cosas que con mucho esfuerzo un día logramos construir. Enfrentamos una gran tormenta, y vamos a bordo apenas de un pequeño bote.
Pero... Y eso ¿Qué importa? ¿Tienes deudas que no puedes pagar? ¿El dinero no te alcanza? ¿Estas quebrado? ¿Tienes una enfermedad para la que no consigues tratamiento? ¿Tú hogar se está desmoronando? ¿Estás sin empleo? ¿Se te dañaron los zapatos y no tienes con qué comprar unos nuevos? ¿No tienes un techo bajo el cual albergar a tu familia? ¿Has tenido que abandonar tu hogar e irte lejos en busca de una nueva y mejor oportunidad?..
Seguramente te identificas con alguna de esas preguntas, o quizás con todas. Pero ahora quiero que te respondas la pregunta más importante que puedes hacerte en la vida y que debes repetirte cada día:
¿EN QUIÉN HAS CREÍDO?
Si tu respuesta es "En ti", en tus habilidades y capacidades, en la suerte o algo parecido, déjame decirte que ya naufragaste. Quieras aceptarlo o no, te irás al fondo. Y sin importar lo buen nadador que seas, no conseguirás salvarte. Estás perdido. Muerto. Comido por los tiburones.
Ahora, si tu respuesta es "en Dios", no te preocupes. Porque, no importa el tamaño de las olas ni lo duro de la tormenta, NADA podrá hacerte naufragar. NADA. Porque para los que confían en Dios de corazón y ponen su fe y dependencia en Él, JAMÁS serán derrotados ni avergonzados, porque su vida está en manos del Todopoderoso. Y no importa lo pequeña, débil y vulnerable que se vea tu embarcación en medio del embravecido mar, no temas, porque es Dios mismo quien con su mano sostiene tu pequeño bote. Solo cree, confía, y ten fe.
"Jesús les dijo: — ¿Por qué están tan asustados? ¡Qué poco confían ustedes en Dios! Y seguidamente se levantó y les ordenó al viento y a las olas que se calmaran, y todo quedó muy tranquilo.”San Mateo 8:26
Comments